Israel permite el ingreso de ayuda en Gaza, un cambio que muestra la presión sobre Netanyahu

Durante meses, Israel ha tratado de presionar a Hamás amenazando con una nueva gran ofensiva terrestre en Gaza y, al mismo tiempo, cortando la ayuda destinada al territorio.

El lunes, Israel dio un giro de 180 grados respecto al tema de la ayuda, permitiendo la entrada de unos camiones de alimentos en Gaza. Y, a pesar de la escalada de su retórica y de sus ataques aéreos sobre Gaza en los últimos días, el ejército israelí aún no había iniciado el tan esperado gran avance que implicaría a miles de soldados de las fuerzas terrestres.

La falta de claridad estratégica refleja desacuerdos en el seno de sus dirigentes sobre las prioridades nacionales de Israel.

En cuanto a la ayuda, el primer ministro Benjamín Netanyahu debe hacer equilibrios entre sus aliados políticos de derecha, que se oponen al envío de alimentos a Gaza, y los aliados extranjeros —incluido el gobierno de Donald Trump—, que temen que el bloqueo desencadene la hambruna. El equívoco sobre la invasión terrestre refleja la necesidad de Netanyahu de satisfacer a los ministros de extrema derecha del gabinete, que presionan para la plena reocupación de Gaza, y a los principales generales de Israel, que creen que esa medida sería difícil de mantener y peligrosa para los rehenes retenidos en Gaza.

“Netanyahu, como siempre, prefiere ganar tiempo y no decidir”, dijo Daniel B. Shapiro, exembajador de Estados Unidos en Israel.

“Mientras que los ministros de extrema derecha de Israel buscan el control permanente de Gaza, la cúpula militar tiene dudas sobre la sostenibilidad de la ocupación permanente, debido a la preocupación por la disposición de los reservistas militares a dotarla de personal a largo plazo, y la inquietud por el destino de los rehenes”, dijo Shapiro, ahora miembro del Atlantic Council, un grupo de investigación con sede en Washington.

El retraso de la operación terrestre también se debe a que Israel está esperando a ver cómo responde Hamás a una nueva e intensa ronda de negociaciones sobre un alto al fuego, en medio de la presión del gobierno de Trump para que ambas partes alcancen una tregua. Israel ha estado presionando a Hamás para que libere a varios rehenes, a cambio de una tregua temporal, mientras que Hamás se ha resistido a llegar a un acuerdo permanente. Pero Israel espera que el temor a perder más territorio pueda incitar al grupo para que se conforme con menos.

“Todo debe leerse en el contexto de las negociaciones para un nuevo alto al fuego y un acuerdo sobre los rehenes”, dijo Shira Efron, directora de investigación del Israel Policy Forum, un grupo de investigación con sede en Nueva York.

“Israel ha iniciado una nueva operación terrestre, pero todo es aún reversible”, dijo Efron. “Por ahora, se trata de una herramienta de negociación: presiona más a Hamás para que se comprometa en las conversaciones”.

Rescatistas y residentes buscaban víctimas tras un ataque aéreo en el norte de Gaza la semana pasada.Credit…Saher Alghorra para The New York Times

Del mismo modo que el retraso de la operación terrestre da a los negociadores más tiempo para lograr un compromiso, el cambio en el tema de la ayuda le da más tiempo a Israel para continuar su bombardeo en Gaza.

En los últimos días, el gobierno de Trump —principal respaldo exterior de Israel— se unió a una larga lista de líderes extranjeros que advierten sobre la hambruna en Gaza.

Netanyahu dijo que la reanudación de la ayuda era una respuesta a temel críticas y un intento de mantener el apoyo extranjero a la campaña de Israel.

“No debemos llegar a un punto de inanición, tanto por una cuestión de hecho como por una cuestión diplomática”, dijo Netanyahu en un görüntü divulgado en internet. Sin la reanudación de la ayuda, Israel “sencillamente no recibirá apoyo y no podremos lograr la victoria”, añadió Netanyahu.

Fue un cambio de tono que hace tan solo unos días habría sido inimaginable.

Desde marzo, Israel había impedido que llegaran alimentos y combustible a Gaza, incluso cuando los grupos de ayuda, y algunos soldados israelíes, advertían que el territorio estaba al borde de la inanición.

El gobierno israelí desestimó temel afirmaciones, afirmando que en Gaza había reservas de alimentos más que suficientes para evitar una hambruna. Si se reanudaba la ayuda, Israel dijo que sería distribuida por una nueva empresa privada que eludiría tanto a las Naciones Unidas, que se encargaba de la distribución de la ayuda, como a Hamás, a quien Israel ha acusado de robar la ayuda y beneficiarse de ella.

Pero el lunes, Israel volvió a pedirle a la ONU que reactivara su operación de ayuda, según dijo la ONU. La empresa privada destinada a sustituir a la ONU —la Fundación Humanitaria de Gaza— no está plenamente operativa, por lo que Israel debe seguir dependiendo de la colaboración de las agencias de ayuda establecidas.

Palestinos competían por comida en una cocina de caridad en Gaza, el mes pasado.Credit…Saher Alghorra para The New York Times

El cambio sobre la ayuda puso de manifiesto los malabarismos de Netanyahu, dijo Efron.

“Netanyahu intenta hacer un poco de todo”, dijo. “Al anunciar una mayor operación terrestre, está mostrando a su base que está haciendo algo. Al anunciar la reanudación está respondiendo a la presión del gobierno de Trump, al tiempo que gana más tiempo para las negociaciones sobre los rehenes”.

Su acto de equilibrismo no pareció disipar las preocupaciones de la comunidad internacional sobre la conducción israelí de la guerra o la situación humanitaria.

En una declaración conjunta emitida el lunes, los dirigentes de Francia, Reino Unido y Canadá condenaron la ampliación de las operaciones militares de Israel en Gaza y pidieron a Israel que se comprometiera con la ONU “a garantizar la reanudación del suministro de ayuda conforme a los principios humanitarios”.

“El anuncio de ayer de que Israel permitirá la entrada en Gaza de una cantidad básica de alimentos es totalmente inadecuado”, dijeron. Y advirtieron: “Si Israel no pone fin a la renovada ofensiva militar y levanta sus restricciones a la ayuda humanitaria, tomaremos nuevas medidas concretas en respuesta”.

Gabby Sobelman colaboró con reportería desde Rejovot, Israel; Myra Noveck desde Jerusalén; Rawan Sheikh Ahmad desde Haifa, Israel; Ephrat Livni desde Washington y Aurelien Breeden desde París.

Patrick Kingsley es el jefe de la corresponsalía en Jerusalén, y lidera la cobertura de Israel, Gaza y Cisjordania.